Blog sobre Ángeles Marco, por María Silvestre

viernes, 30 de junio de 2017

Inauguración "De la Dialéctica Formal al Yo Soy, 1974-1992", EspaiVisor, Valencia

 

Román De La Calle y el galerísta Mira Bernabeu conversando horas antes de la inauguración,
 en la galería Espai Visor frente a la obra de Ángeles Marco

 













viernes, 9 de junio de 2017

El email de la memoria de Elena del Rivero

 
Con motivo de la proxima exposición individual de la obra de Ángeles Marco, su querida amiga Elena del Rivero, escribió un email a los galerístas de EspaiVisor, Miriam y Mira, y también en "copia" a mi misma, y que con su permirso, comparto. Es un escrito emotivo, reivindicativo, que sólo una mujer, una amiga íntima y una artista como Elena del Rivero, apasionada, valiente e inteligente, puede escribir. 
Con todo mi cariño hacia ti, por seguir cuidando de la obra de mi madre, de su memoria y de mi. Te comparto y te tengo presente, ojalá pudieras estar en Valencia para ver en directo los frutos de este encuentro con EspaiVisor, que sin duda hubiera colmado de alegría a mi madre. Gracias a la galería Espai Visor por tomar de nuevo de la mano a Ángeles Marco y dotarle de nueva vida.

  Ángeles Marco en su taller a finales de los años 70.


New York City, June 6th, 2017 
Miriam querida y Mira querido, 
Esta noticia me llena de alegría por y su obra, por María y también por la amistad que me unió con ella. Finalmente me alegro por vosotros: Ángeles es una GRAN artista española. Una artista de gran valía obviada en su propio país, SHAME!

Os hago unas reflexiones que estoy segura os serán de interés. Pongo en copia a María pues sé que le interesa todo sobre su madre.

El texto de Román es perfecto, de gran académico que es y justo,  pero la obra de Ángeles necesita, desde mi punto de vista, algo más. No se habla de ningún artista de nota español (y cremé que para mí Ángeles estaba a la misma altura, sino más, de los más grandes, aunque, desgraciadamente, no tuviera los contactos que tuvieron muchos de ellos, sus apoyos y ella carecía de "atrevimiento social") como de la escuela de Madrid, por ejemplo. Ángeles Marco era mucho más universal que todo lo que se ha hablado de ella, y sus raíces no estaban intelectualmente solo en Valencia. Sí habla Román de "círculos biográficos, "huellas", de "pistas personales" de "teatralidad" pues el la conocía bien y fue su amigo pero, para mí,  había más. Su obra no era solo formalista.

Además del sufrimiento personal e íntimo del que no ha lugar hablar, su hundimiento después de la última instalación en una galería de Madrid a principios de los 90 la remató. La crítica tildó la muestra, creo que en El País, de "Gabinete del doctor Cagliari" o algo así y fue devastadora. A raíz de este acontecimiento los apoyos desaparecieron; estaba muy sola, nunca levantó ya cabeza. Ella resplandeció solo de la mano de Manolo Montenegro, galerista – no dealer - sin igual, atento y próximo al estudio del artista, persona maravillosa y que emanaba un respeto hacia el/la artista digno de admiración. A él le fascinaba como era Ángeles y sobre todo, su obra. Muchas veces nos reunimos en mi casa de Madrid con Manolo, en la calle Fernando VI, donde se quedaba Ángeles a dormir, y cerca de su galería para tomar un algo y charlar. Se podía ver la sintonía que tenían.  Ángeles irradiaba felicidad. Con su muerte todo cambió. Ángeles era difícil de vender, su trabajo no era domésticable, querían piezas pequeñas y así se lo pedían y ella no sabía nadar en estas aguas turbulentas con la ambición intelectual que tenía. Su sufrimiento, in crescendo, solo lo aireaba en privado como lo difícil que era ser escuchada como mujer artista: esto es muy importante. Sí había una preocupación terrible por los materiales, y yo aprendí mucho de ella, y sí fue ella, quizás, también de las primeras en utilizar el caucho y las formas blandas, las lonas en la escultura en España. Cuando ella dice "Yo soy -yo soy" hay, evidentemente,  algo más que mero lenguaje.

No sin razón alguien a quien indagué en la presentación de  "My friends and other animals" sobre que había hecho Valencia por ella, me contestó: Uy Elena pero era tan difícil y antipática! porque lo que se esperaba de una mujer artista, entonces, además de buena obra era ser "nice", si no al rinchi! castigada. Y si eras "nice" podías pasar hasta con obra mediocre, o no? Un varón artista lo podía ser todo y más. En su obra Ángeles también habla de este aislamiento, vértigo y abismo emocional.   Sí utilizaba ciertos paradigmas del arte conceptual y del minimalismo americano sobre todo, pues le interesaba mucho, pero su propuesta no era un simple minimalismo o conceptualismo, en absoluto. Eso sería abaratar intelectualmente su obra. Es semejante a cuando le preguntaron a Agnes Martin si era minimalista y contestó: "en absoluto, soy expresionista, porque pinto lo que veo por las ventanas de mi estudio en el desierto."

El intento de la exposición "My friends and other aninals" que organicé en Madrid en septiembre pasado para Travesía Cuatro, era precisamente, entre otros temas, situar la obra de Ángeles en un contexto más universal y ampliar la lectura de su obra al hacerla dialogar, por ejemplo, con la de Esther Ferrer, Janice Guy e incluso con Coplans que no son formalistas y todos amigos. Alguien que la conoció bien que vino por Travesía Cuatro en septiembre cuando se inauguró la muestra comentó que la obra de Ángeles cobraba otro valor por encima del sabido con la muestra de "My friends...". Era un pendiente que tenía con Ángeles quien me había pedido cuando estaba ya enferma, que cuidara de su obra.

También pienso que hubiera sido interesante,  dar crédito, en plan anglosajón, a cómo se trabó este acontecimiento que ahora nos ocupa. Nuestras conversaciones en NYC desayunando, y vosotros, al principio, reacios diciéndome que no podíais coger más artistas hasta que no se fuera uno. Y luego después de pensarlo, finalmente accediendo. Estas conversaciones no hubieran ocurrido sin Travesía Cuatro haber accedido a la muestra que les propuse y haberla apoyado económicamente también. Pues la había propuesto a otra galería con anterioridad y no me dieron el visto bueno para hacerla. El trabajo de Travesía Cuatro merece reconocimiento, es la comunidad la que agradece algo, circunstancias tan infrecuentes en la individualista España.

Para crear historia hay que echar mano de estos detalles, de cómo entre amigos se crea y cuecen cosas: porque añade valor histórico a lo que tenemos entremanos.  

También es curioso, a mi modo ver, como después de la muerte de Ángeles, es en Madrid, donde se ve su obra por primera vez en una galería comercial y en, Madrid, precisamente, habiendo transcurrido más de 30 años desde la última que hizo Ángeles con piezas que tú ahora presentas en Valencia por primera vez. Como te dije antes, yo propuse esta misma muestra de "My friends…" anteriormente sin éxito, y nadie habló de Ángeles en los años que trascurrieron desde entonces.   Yo creo que la historia de como suceden las cosas en lugar de restar, enriquece el discurso y suma. Los avatares de la vida son ventanas por las que se cuela también la historia de la crítica. En este caso que nos ocupa Travesía Cuatro ha sido intrumento importante en poner el punto sobre la “I” en este discurso. Se lo tenemos que agradecer en nombre de Ángeles. 

Dore Ashton  decía que la crítica debe estar inmersa en la literatura, en la filosofía, alusiones históricas, y experiencias personales… y los mejores artistas, también, son aquellos capaces de canalizar experiencias personales y condicionantes históricos de su época.

Gracias por haber tomado el hilo conductor.  Me alegra tanto que seáis vosotros y en Valencia. Sois la mejor galería para llevar a cabo este  trabajo minucioso que requiere este tipo de obra como la de Ángeles, Mira prestando tanta atención al detalle y el archivo, tan preciso y Miriam con su apoyo sigiloso y amoroso. Además para María es más sencillo todo cerca de casa: todo parece estar bien aspectado y estoy feliz. Al pensar en vosotros como casa que sois para la obra de Ángeles, pienso que ella hubiera sido feliz también vosotros como lo fue con Manolo Montenegro. ¡Ojalá llevéis su trabajo muy lejos y lo podamos celebrar juntos en Valencia con una paellita!

Os deseo un exitoso opening. Siento tanto no poder estar allí con vosotros. Gracias María, también a ti, por tu trabajo y por lo que he aprendido de ti en estos últimos tiempos sobre la vida.
 
Elena del Rivero
 
 

martes, 6 de junio de 2017

Ángeles Marco. De la Dialéctica Formal al Yo Soy, 1974 -1992

Exposición individual de la obra de Ángeles Marco es la Galería Espai Visor de Valencia.

 

INAUGURACIÓN / OPENING
9 DE JUNIO DE 2017,  de 20h a 22h
 

09 / 06 / 2017 -  15 / 09 / 2017

Ángeles Marco. De la Dialéctica Formal al Yo Soy, 1974 -1992

Ángeles Marco (Valencia, 1947-2008),
entre geometrías, recuerdos, proyectos, reflexiones y ausencias.


    

Soy consciente, ahora, de que estoy redactando este texto 25 años después de aquella muestra, habida en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. Me vienen a la mente los trabajos del montaje, las discusiones apasionadas por la selección de cada pieza y su ubicación en los espacios apabullantes del antiguo Convento del Carmen --justamente allí donde ella había cursado sus estudios--, como histórica Escuela de Bellas Artes. Se cerraba así, simbólicamente, un círculo biográfico, a la vez que se consagraba operativamente otro de alcance profesional. Era la primera escultora, en su ámbito intergeneracional valenciano, que exponía, de forma individual, en aquel IVAM de doble sede, que hoy recordamos, en su polémico alcance diacrónico.
El lector se hará cargo, pues, de este particular contexto de rememoración, tan marcado, que condiciona y dirige mi escritura, al ir revisando las piezas que conforman esta importante exposición actual de Ángeles Marco, centrada precisamente en el conjunto referencial de cuatro amplias series, fechadas a caballo entre 1974 y 1992, de las cuales, en su taller, aún se hallaban algunas obras disponibles, guardadas por ella, en su fondo de trabajo y paralela colección. Casi, pues, un recorrido de veinte años de producción revisada. Una etapa conjunta, sumamente destacada de su trayectoria. En concreto se exponen trabajos pertenecientes a la Serie Modular (1974-1980), a la Serie El Tránsito & Salto al vacío (1987-89), a la Serie Suplemento (1990-1992) y a la Serie Presente / Instante (1991-92), que constituyen y de-muestran una consolidada depuración en sus trabajos escultóricos, constantemente reflexionados, revisados y complementados.
Sus series nunca se cerraban, ya que podía volver a retomar temas, contrastar materiales, avivar referencias, problemas e ideas --equidistantes, por lo común, de la cotidianidad--, pero llevados, casi siempre también, a sus últimas consecuencias, en su creciente reducción y radicalidad ejercitada. A veces surgidas / despertadas –sus obras-- por una reflexión, un contraste conceptual o un suceso, bien procedente del contexto inmediato o bien derivado, quizás, de una lectura específica o simplemente, incluso, de una conversación. Sin embargo, era la atmósfera del taller lo que activaba incisivamente la memoria de lo ya hecho y propiciaba, además, nuevos quehaceres y proyectos. De ahí surgió el título de la muestra del IVAM y también el de alguna monografía escrita sobre ella y su producción escultórica, que póstumamente le dediqué, como personal tributo y recuerdo (2013).

De hecho, la herencia constructiva, consolidada en su primera serie modular, ya siempre formó, de algún modo, parte de su posterior metodología creativa. Construir, apelando a la depuración minimalista, a la reducción de elementos y a la potenciación relacional entre ellos, siempre -- eso sí-- apelando además a la recurrencia conceptual y a la motivación asociativa. “No hay obra --mía / para mí-- sin pretexto y contexto”, repetía.
A partir de este camino, estrategia y método, tan singulares, podía depurar, reconstruir, conceptualizar y dar respuestas estéticas eficientes, al entramado de sus piezas, de acuerdo con sus propósitos narrativos y de escenificación calculados, atendiendo, en simultaneidad, a las exigencias de los propios materiales (hierros, cauchos, lonas, tejidos varios o negativos fotográficos), de cara a la creación / aprovechamiento de espacios y reubicación de objetos, potenciando marcos / ambientes adecuados para sus instalaciones y/o agenciándose escenografías para sus performances (paneles, cajas, carros, trípodes, monitores, vídeos, estampas originales y textos). Aunque, en el fondo, el motor de sus trabajos se arropaba siempre conceptualmente.

Podríamos rastrear, antropológicamente, en su diversificado quehacer escultórico, la presencia de un plexo estructural de ideas básicas –para ella-- como vacío, tránsito, identidad, olvido, ausencia, viaje, situación intersticial o de desequilibrio, pero también de andamiaje, de geometría secreta, de vigilancia, de huida, arropamiento y de rememoración. La auténtica prueba de fuego radicaba, siempre, en cómo versionar / trasladar estratégicamente tales inquietudes conceptuales a las obras, a la selección de los materiales que fuesen más adecuados, a la construcción / conformación concreta de la propuesta física y también, finalmente, a las condiciones exigibles a la instalación de la pieza. No concebía, de hecho, Ángeles Marco que se pudiera escindir / aislar la realidad de sus piezas de sus respectivos contextos, de sus génesis correspondientes y de sus finalidades. Cada obra mantenía activa su intrínseca memoria.

En sus exposiciones, apostaba / esperaba que el visitante, en su sagacidad personal, tras su sorpresa / desorientación inicial, hilvanara parsimoniosamente enlaces “entre” los diversos grados de protagonismo presencial, reservados cautelarmente a las ideas, dispositivos y elementos –formales / materiales-- constituyentes de sus obras. Tampoco dejaba nunca de reencontrarse --sugerida  e involucrada personalmente-- en sus propuestas. En realidad, más allá de la autoría exclusiva de sus piezas, dejaba voluntariamente que se filtrasen, en ellas --incluso de forma calculada-- sus imágenes preferidas, sus textos, sus huellas, determinadas pistas personales y sus voces e incluso su figura real (Serie Presente / Instante (1991-92) o su impactante Performance fílmica (1999-2001).

De esta guisa, experimental e incansable, en su explícita carrera hacia adelante, la escultura –teatralizándose entre sus manos--  incrementaba los intercambios dialógicos con la música y las palabras habladas,  con los videos y las fotografías, con los textos escritos y las secuencias cinematográficas. Acelerada vitalmente, siempre quería más y más, tras sus reflexiones visionarias y sus estrategias en abîme. Lo sé por experiencia.
Incluso, años después, tras los penosos intervalos de su enfermedad y el recurso a otras dedicaciones de alcance terapéutico, ya a mediados del 2005, volvió a citarme, encore une fois, en su taller, para que viera / compartiera las obras que iban a propiciar su “relanzamiento”, me dijo ilusionada.  A la vez, me pedía un texto de barandilla para aquella muestra, que tuvo lugar entre septiembre y octubre, de aquel año, en el Claustro de Segovia. El programa propiciado era prácticamente una selectiva relectura –transvisual-- de su propio itinerario. Quizás un balance selectivo, que rescataba y releía piezas emblemáticas de algunas de sus series, llevándolas, incluso, más allá de su origen, aunque las dimensiones de las obras se ceñían, más bien, en aquel caso, a sus actualizadas fuerzas físicas de entonces. A pesar de que la intensidad imperativa de su voz ya no era la misma, el brillo de sus ojos sí que se mantenía impertérrito.
El título de la muestra, como siempre, en ella, era sumamente elocuente y encerraba dobles lecturas, entre líneas: “Ángeles Marco. El último minuto”. Sin duda, lo tenía decidido de antemano. De nuevo, el reto, la sorpresa, el preanuncio, el guiño, la ambigüedad y hasta la esperanza tensa tenían allí cabida.

Sólo cuando, motivado por la amable invitación actual de Espaivisor, he necesitado releer de nuevo, ahora, con esfuerzo, mi texto final y reviso las imágenes de entonces, incluidos ambos –imágenes y texto-- en la escueta publicación de aquel 2005 --que guardo testimonialmente en mi archivo--, creo que entiendo, mejor que nunca, la fuerte polisemia y los múltiples alcances y sentidos que pueden encerrar las palabras escritas hace tiempo y en circunstancias especiales. Todo sea, pues, en homenaje directo a su memoria.

Por eso hablaba, al principio de esta reflexiones, de una asignatura pendiente: la de propiciar una muestra de las obras que permanecían, aún, recogidas en el taller de Ángeles Marco, al que siempre me referí como “el taller de la memoria”, porque todo parecía tener allí cabida. Una muestra que nos ayude a repensar, hoy, intergeneracionalmente, la historia de aquel renacer de la escultura valenciana de la transición, aunque sea de manera reductiva, de la mano de una de sus mejores y más destacadas representantes. Siempre pensé y sigo manteniendo que la memoria no sólo es depósito de recuerdos sino también eficaz palanca de proyectos.

Una última anécdota. Cuando estaba, precisamente, Ángeles Marco proyectando las más polémicas piezas de la Serie Salto al vacío, hacia finales de la década de los ochenta, una tarde, en su taller de la calle Museo, discutíamos, café en mano, sobre la presencia de la memoria, individual y colectiva en su obra y, por mi parte, esgrimí la argumentación del doble sentido, que cabe darle y que vengo de apuntar más arriba, añadiendo además lapidariamente: “la memoria, amiga Ángeles, no siempre salta hacia atrás, obsesionada en reajustar cuentas con el recuerdo, también, convertida en base de iniciativas, se atreve a saltar hacia el vacío de la aventura inexplorada y futura”. Puntos suspensivos…
Por eso, al iniciar el presente texto he querido homenajearla, como en secreto, oblicuamente, a través del esotérico título, ahora justificado en brevedad, en su contexto de antaño, encuadrado en una acertada decisión expositiva presente.

Valencia, junio, 2017.
Román de la Calle


Todo paisaje es ficción 3. Ángeles Marco.

Todo paisaje es ficción 3. Ángeles Marco. 

Exposición en el MACA, Alicante

Publicado el 5 mayo, 2017 en actuales, Exposiciones temporales Caja Mediterráneo
ÁNGELES MARCO
(Valencia, 1947-2008)
Ángeles Marco es una de las principales figuras responsables de la renovación del panorama de la escultura española desde los años 80; perteneció a esa generación que transformó la plástica escultórica y que se denominó Nueva Escultura Española junto a artistas como Juan Muñoz, Jaume Plensa, Susana Solano, Eva Lootz, Miquel Navarro, Cristina Iglesias, Txomin Badiola, Pello Irazu, Sergi Aguilar, etc…
Doctora en Bellas Artes desde 1987 por la Universidad Politécnica de Valencia, ejerció la docencia con pasión desde 1989 en la Facultad de Bellas Artes de Valencia. El minimalismo, el constructivismo y el arte conceptual son algunas de las influencias que se rastrean en sus instalaciones y esculturas, agrupadas en series que abordan distintas metáforas y sobre las cuales la artista vuelve una y otra vez. Emplea preferentemente el hierro y ocasionalmente, otros materiales como el caucho, la cera o el cristal. Los sentimientos de soledad y angustia dan aliento a sus piezas e instalaciones, provistas de un particular sentido narrativo. En 1988 obtuvo el Premio Alfonso Roig de la Diputación Provincial de Valencia y en 2006 la Medalla de la Facultad de Bellas Artes de San Carlos.
“Construimos la realidad a través de ficciones y, así, construimos también nuestra propia vulnerabilidad (…) El contenido es el vacío y la oscuridad”.
 Las series fueron el auténtico eje vertebrador de la poética y del programa escultórico de Ángeles Marco, así como de sus concretos procesos de articulación y génesis de cada una de las piezas, en su versátil relación con el conjunto. Series nunca acabadas ni conclusas.
La serie Salto al vacío y El tránsito es una de las más representativas de la artista valenciana y define su carácter experimental. La artista adopta tratamientos y recursos de distintas técnicas, directamente trasvasadas del mundo de la ingeniería industrial al quehacer escultórico. Dominaba técnicamente el oficio para dedicarse a la investigación artística.
Salto al vacío es la postura que Ángeles Marco adopta frente a la realidad. Su angustia es literalmente una sensación de infinita libertad en el espacio. Sus “saltos al vacío” son consecuencia de ese vértigo de la libertad. La angustia es la presencia continuada de la nada: el sudor frío de estar de pie al borde de una ventana, el gozoso terror de la caída.
El tránsito es el segundo tema recurrente de la artista. El paso de un lugar a otro, de un estadio a otro. Son imágenes de pasillos, puentes, escaleras, pasajes, callejones…Pero también el tránsito de un estado químico a otro o, incluso, el camuflaje que pretende hacer invisible una presencia. La transición como escalofrío, un movimiento de oscuridad a oscuridad.
La instalación, de medidas variables, está compuesta por 14 trípodes de hierro, en seis de los cuales cuelgan suspendidos cinturones de seguridad recubiertos de polvo de grafito; en tres, cuelgan unos conos de caucho sujetados por barras metálicas y cuatro se disponen vacíos.


   
 



 

Discursos pre-meditados. Fondos de la CAM, Centre del Carme, Valencia

"DISCURSOS PREMEDITADOS" 
exposición colectiva de la Colección Fundación Caja Mediterráneo

 
Exposición DISCURSOS PREMEDITADOS: EL VACÍO ES UN LUGAR DONDE APOYARSE. COLECCIÓN FUNDACIÓN CAJA MEDITERRÁNEO
Artistas: Rosa Brun, Carmen Calvo, Patricia Dauder, Esther Ferrer, Susy Gómez, Cristina Iglesias, Eva Lootz, Ángeles Marco, Mireya Masó, Soledad Sevilla, Montserrat Soto, Amparo Tormo.
Hasta el 23/04/2017


La Colección Fundación Caja Mediterráneo está compuesta por 213 obras de 126 artistas imprescindibles en el arte español contemporáneo. Recorre cronológicamente desde la transición democrática hasta nuestros días: un periodo artístico que corresponde a los últimos 40 años donde conviven varias generaciones de artistas de forma normalizada como nunca antes había ocurrido en España. Un tiempo tan generoso, cargado de ilusión, de energía, de desencanto, de derroche y de ingenuidad… pero también de reflexión, de denuncia, de compromiso, de aventura…
Dicha colección está depositada desde 2012 en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante gracias al convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Alicante y la Fundación Caja Mediterráneo y allí sucesivamente han tenido lugar una serie de exposiciones temporales.
Ahora, en el Centre del Carme, por iniciativa del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, se muestran repensadas todas al mismo tiempo.
Son los Discursos Premeditados.

EL VACÍO ES UN LUGAR DONDE APOYARSE
Sala Carlos Pérez
Rosa Brun, Carmen Calvo, Patricia Dauder, Esther Ferrer, Susy Gómez, Cristina Iglesias, Eva Lootz, Ángeles Marco, Mireya Masó, Soledad Sevilla, Montserrat Soto, Amparo Tormo.

GENEALOGÍAS
Sala Contrafuertes y Goerlich
José Ramón Amondarain, Jon Mikel Euba, Pello Irazu, Manu Muniategiandikoetxea, Sergio Prego, Santiago Sierra.

DE LA NATURALEZA HUMANA O EL ARTE COMO ESPACIO DE RESISTENCIA
Sala Ferreres
Antoni Abad, Pep Agut, Cabello-Carceller, Daniel Canogar, Jordi Colomer, Juan Delcampo, Esther Ferrer, Pedro G. Romero, Federico Guzmán, Juan Hidalgo, Rogelio López Cuenca, Rafael Lozano-Hemmer, Enrique Marty, Pedro Mora, Antoni Muntadas, Ester Partegàs, Carlos Pazos, Javier Peñafiel, Javier Pérez, Jaume Plensa, Albert Porta, Jana Sterbak, Francesc Torres, Juan Ugalde, Eulalia Valldosera, Javier Vallhonrat, Santiago Ydáñez.
A MODO DE REFLEXIÓN
Sala Primera Planta
Ignasi Aballí, Jordi Alcaraz, José Manuel Ballester, Joan Fontcuberta, Joan Hernández Pijuán, Lluís Hortalà, Prudencio Irazábal, Oliver Johnson, Carlos León, Íñigo Manglano‑Ovalle, Antonio Mesones, Nicolás Munuera, Antonio Murado, José Antonio Orts, Jesús Pastor, Javier Pérez, José María Sicilia, Darío Urzay.
ARQUITECTURA PREMATURA
Sala Dormitorio
Chema Alvargonzález, Isidro Blasco, Dionisio González, Pedro G. Romero, Miquel Mont, Daniel Verbis.
Enlace al texto original




Ángeles Marco. Trípodes, cinturones de seguridad y conos. Serie Salto al Vacío. Col. de la CAM

Ex]posiciones críticas. Discursos críticos en el arte español, 1975- 1995

CENTRO GALEGO DE ARTE CONTEMPORÁNEA
17 febrero/ 28 mayo 2017


Ex]posiciones críticas. Discursos críticos en el arte español, 1975-
1995
es una exposición articulada en tres muestras simultáneas y
complementarias que cartografían las que fueron las líneas más
significativas de la crítica de arte, mediante la revisión y relectura de
una serie de exposiciones producidas en esos años por comisarios
españoles. Las obras de los artistas que participaron en cada una de
ellas se presentan acompañadas de material documental con el fin de
contextualizar los diferentes y sucesivos episodios.
El proyecto cubre un período histórico de profundas transformaciones
sociales, culturales y generacionales. El final de la dictadura y la
consolidación de la democracia traerán consigo el desarrollo tanto
material —creación de museos y centros de arte contemporáneos,
multiplicación de los medios de difusión, etc.— como intelectual —
carácter universitario de los estudios de Bellas Artes, desarrollo de la
crítica, etc.— del sistema del arte. Las problemáticas del mercado, la
plena incorporación de las mujeres a las prácticas artísticas o la nueva
figura del comisario de exposiciones son algunos ejemplos de los
cambios que se produjeron en esas dos décadas.
En esta exposición de exposiciones, cada parte ha sido recreada con
el sentido de evocar tanto la atmósfera de una época como unas
intenciones críticas, y no tanto con la voluntad, por otra parte imposible,
de reproducir fielmente el pasado. En ocasiones, ha sido complicado
rastrear tanto piezas como documentación, en otras no tanto y, en ese
sentido, hay que destacar que siempre se ha contado con la
colaboración de los artistas y de los comisarios de aquellas muestras.
[Ex]posiciones críticas pretende hacer visible la existencia de múltiples
criterios e interpretaciones críticas que han conformado discursos y líneas
teóricas diferentes, en ocasiones con elementos compartidos y en otras
claramente enfrentados, desmintiendo así el lugar común de que en el
mundo del arte español no ha habido un pensamiento crítico.

(...)

CRITERIOS INTERPRETATIVOS
Criterios interpretativos responde a una primera época, durante los
años setenta y ochenta del siglo XX, en la que los respectivos
comisarios definen por un lado su papel de actuación y, por otro, van
señalizando nuevas realidades estéticas y señalando los artistas que
las generan. Reconstruye visual y documentalmente el proceso seguido
para incorporar a los artistas contemporáneos a esa escena, que
consistió, fundamentalmente, en una serie de exposiciones de distinto
rango y cariz conformadas por distintas opciones críticas. Estéticas en
unos casos, con proyectos políticos en otros, o adaptándose
progresivamente a los cambios sociales que experimentaba el país.
 

(...)

ESPACIOS PÚBLICOS, SUEÑOS PRIVADOS
Cuatro años después de Madrid. Espacio de interferencias, en 1994,
la “situación de ocultación” de “los topos del arte” de la que hablaba
Javier Maderuelo parecía haber cambiado, si atendemos al texto de
presentación de Alicia Murría y Mariano Navarro, comisarios de la
exposición Espacios públicos, sueños privados:
“El punto de partida de nuestra propuesta ha sido la percepción del
cambio político y social experimentado durante los últimos años en la
consideración del espacio público y, como factor convergente, la
disponibilidad de ese espacio común a la intervención artística”.
De los artistas participantes, mayoritariamente centrados en la
investigación escultórica en su forma más abierta, exponemos obras
de Miquel Navarro, Sergi Aguilar, Jaume Plensa, Ángeles Marco, Eva
Lootz, Susana Solano, Mitsuo Miura, Adolfo Schlosser, Soledad
Sevilla, Chema Cobo y Rogelio López Cuenca; también participaron
Fernando Sinaga y Perejaume. No solo se presentaban proyectos
ejecutados, sino también otros no realizados por “dificultades
económicas, desacuerdos formales o incluso la censura por motivos y
razones diversas”. En ambos casos, el interés de los comisarios se
centraba más en los procesos —trabajos preparatorios, bocetos,
etc.— que mostraban las decisiones y tentativas de los artistas en el
espacio privado del taller, que en los resultados finales.
“Ocurre que en la veintena de proyectos reunidos nos parece hallar los
diversos modos y maneras en que los artistas se han planteado, en estos

últimos años, su confrontación dialéctica con el espacio público y,
también, que sus relaciones de proximidad, sus derivas o la distancia
que marcan sus respectivas propuestas proporcionan argumentos
suficientes y precisos para abordar una reflexión que implica tanto
conceptos estéticos como modos de recepción y que, como
consecuencia, expone un discurso inevitablemente político de la
intervención artística. Un discurso que creemos debe ser pronunciado
por cada espectador en su experiencia personal ante lo que se muestra”.


DESPLAZAMIENTOS TEÓRICOS
Si Criterios interpretativos, la primera de las muestras de
[Ex]posiciones críticas, incluía 1980, que ya desde su título señalaba
el comienzo de una nueva década, esta tercera comienza con una
exposición, paradójicamente celebrada en el extranjero, que
aspiraba a marcar el camino del arte en nuestro país en los años
noventa a partir de una doble mirada, hacia el pasado y hacia el
futuro: Antes y después del entusiasmo, comisariada por José Luis
Brea. Suyas son también las otras dos propuestas que conforman
Desplazamientos teóricos, Iluminaciones profanas y El punto ciego.
Que tres propuestas de un único comisario monopolicen, dentro de
este proyecto, centrado en el desarrollo del pensamiento crítico en
nuestro país, toda una exposición, puede explicarse por su dinámico
papel e influencia entre la nueva generación de críticos y artistas que
generó un “cambio de marcha en el arte español” y,
fundamentalmente, por el hecho de que, durante la primera mitad de
la década que nos ocupa, puso en primer plano la reflexión teórica a
través no solo de sus publicaciones, sino de una serie de proyectos
curatoriales que se anticiparon a la verdadera explosión y diversidad
de exposiciones articuladas desde planteamientos teóricos que se
produjo a partir de finales de la década. Que dos de los tres aquí
presentados tuvieran lugar en el extranjero, de manera independiente
y sin apoyo de las instituciones españolas, puede permitir también
establecer comparaciones con las políticas oficiales de difusión y
promoción del arte español de aquellos años.

(...)
Armando Montesinos y Mariano Navarro. Comisarios de la exposición


Vídeo sobre la exposición:


Publicado el 14 feb. 2017
Vídeo presentación de la muestra"[Ex]posicións críticas. Discursos críticos na arte española 1975-1995" comisariada por Armando Montesinos y Mariano Navarro. Un proyecto dirigido por Santiago Olmo.

Enlaces:
http://cgac.xunta.gal/ES/exposicion-detalle/69/exposicions_criticas_discursos_criticos_arte_espa%C3%B1ola#ad-image-0

Noticas/prensa relacionada:
https://del.icio.us/bibliotecacgac/tag_bundle/Exposiciones%20cr%C3%ADtica
http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-exposiciones-criticas-hablar-arte-para-no-hablar-arte-habla-201703080118_noticia.html
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/cultura/2017/02/18/cgac-recorre-veinte-anos-arte-espana-revision-12-muestras/0003_201702G18P37991.htm
http://www.crtvg.es/rg/destacados/diario-cultural-diario-cultural-do-dia-17-02-2017-2732010
http://lindeiros.gal/pensamento-critico-arte-espanola-cgac/
http://nortedifusioncultu.wixsite.com/nortecultural/single-post/2017/02/19/Exposici%C3%B3ns-cr%C3%ADticas-no-CGAC
http://masdearte.com/convocatorias/tentativas-criticas-debates-cgac/




La amistad de Elena del Rivero y Ángeles Marco

Piezas de Ángeles Marco expuestas en la exposición colectiva My Friends and Other Animals en la galería Travesía Cuatro de Madrid, en septiembre de 2016. Organizada por la escultora afincada en Nueva York, Elena del Rivero, en la que reune a un nutrido puñado de artistas con los que ha compartido incansables charlas, intimidades y sueños, y que componen el imaginario emocional y artístico de la artista.